Ya he expresado en este blog que empecé que en 2011 me replanteé el uso de los productos Vichy, puesto que notaba una merma en su calidad.
Sin embargo, antes del batacazo final, decidí apostar por Vichy, darle una última oportunidad. Últimas, porque fueron varias.
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domingo, 23 de diciembre de 2012
Cremas Vichy. La desilusión. Parte I
Todo empezó con Vichy (y acabó). A partir de los 25 empecé a cuidar mi piel. Cremas hidratantes, fundamentalmente. No sé por qué, pero en esa época me enamoré de las cremas Vichy. La textura, el olor y por qué no, el hecho de saber que venían de Francia, país del que amo su cine, su literatura, sus pensadores.
Todo ese conjunto de elementos hacían que a la experiencia Vichy la viviera como un ritual sumamente placentero. Mi fidelidad hacia este laboratorio fue irreprochable y me duró 12 años. ¿Por qué se cortó este amor?
Haré un poco de historia.
Todo ese conjunto de elementos hacían que a la experiencia Vichy la viviera como un ritual sumamente placentero. Mi fidelidad hacia este laboratorio fue irreprochable y me duró 12 años. ¿Por qué se cortó este amor?
Haré un poco de historia.
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